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La flor de un día

Publicado: 2008-08-27

La flor de un día adorna la sección botánica de nuestro museo, cerca a la flor de piel y la flor de la canela, bajo un erudito cartel que la identifica como la Neomarica Gracilis, de la familia de las Iridáceas.El grupo Los Kjarkas, de Bolivia, ha consagrado una de sus composiciones instrumentales al que debe ser una de las más acabadas metáforas de la ilusión pasajera. La flor es universalmente un símbolo de belleza y fragilidad, una continuidad que ha de surgir de una reflexión sobre la fugacidad de la juventud. De hecho, el lenguaje cotidiano parece reconocer irónicamente -en la expresión “no hay rosa sin espinas”- que la belleza siempre transmite la sensación de fragilidad e indefensión. Pero donde la rosa demuestra que la belleza puede ser hiriente, la flor de un día enfatiza el sentido original de nuestra fascinación con la belleza pasajera.No es de sorprender que la expresión se utilice para describir proyectos que suenan bien, pero no duran. Aurora Escárate escribe para el diario peruano “El Comercio” que el control policial estricto sobre el transporte de pasajeros ha sido, lamentablemente, flor de un día. Me imagino que, de haber tenido éxito, la iniciativa hubiera sido “una joya”, es decir, una belleza duradera o –mejor aún, tratándose de una reflexión sobre el tránsito- un “camino a seguir”.O, tal vez, hubiera bastado con decir que la iniciativa exitosa no era flor de un día. En efecto, un uso optimista y celebratorio de la metáfora es el uso en negativo. Algo “no es flor de un día” cuando es duradero y auténtico. Un jugador del Racing de Argentina afirma que su equipo no es una ilusión, sino una promesa cierta, en una frase que condensa por lo menos seis metáforas en menos de cincuenta palabras:La verdad es que está siendo un año redondo. Quedan ocho jornadas, estamos en el sprint final y esto no es flor de un día (…) Llevamos cincuenta puntos y no seremos nosotros los que nos pongamos límites.Con esta victoria hemos matado dos pájaros de un tiro. Y para que quede claro que el comentario deportivo es una de los géneros más floridos (nunca mejor dicho) de la épica, enumeremos aquí rápidamente a un crítico que se pregunta si un entrenador de fútbol será flor de un día, un equipo que promete victorias sostenidas, un tenista de victorias sólidas y al gran corredor chino, Liu Xiang , en una ambigua expresión de optimismo y duda, luego de sus victorias en los Juegos Asiáticos celebrados en Doha:Quiero demostrarme a mí mismo que no soy sólo flor de un día (…)
Probaré a todos que además de superar a Johnson en la pista, le puedo ganar en longevidad, también yo quiero seguir corriendo después de los 30.Dos comentarios son de rigor: primero, que se trata de un atleta chino en declaraciones recogidas por una agencia española (EFE), de modo que cabe preguntarse si la expresión original habrá sido literalmente “flor de un día” o si se trata de una aproximación del traductor traidor. Por otro lado, que EFE reporta copiar la expresión del diario chino en idioma inglés “Beijing News”, lo que hace la pregunta aún más endiablada: ¿cuál habrá sido –además de la expresión china- la expresión inglesa? ¿Será que estamos frente a ese otro gran objeto fantástico, el teléfono malogrado? El museo ofrece el oro y el moro a quien encuentre esa perla.El segundo comentario no es literario, sino meramente una expresión de asombro ante las ironías del destino: Liu Xiang, a quien su multitudinaria nación daba por campeón olímpico fue –en efecto- símbolo de dramática fragilidad cuando, en vísperas de una victoria anunciada, debió retirarse de las Olimpiadas de Beijing por una lesión traicionera a ese símbolo de derrumbe de los grandes: el talón de Aquiles. ¿Flor de un día o ídolo con pies de barro?Este precioso ejemplar se renueva –como es obvio- diariamente, con aportes generosos de la vanidad humana.


Escrito por

Eduardo Gonzalez

Descendiente del gitano Melquíades. Vendo imanes. Opino por mi y a veces por mi gato.


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El museo de los objetos fantasticos

Un blog de Eduardo González