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La parte del león

Publicado: 2012-05-30

Vamos a suponer que Ud. viene al Museo de los Objetos Fantásticos y pide ver la parte del león. No hay problema; ¡adelante! Mire, vea, sin compromiso nomás, caserito. Pequeño detalle: no podemos decirle de qué parte exactamente habla la gente cuando menciona la dichosa parte del león: ¿será que es la melena? Al fin y al cabo, nada hay más aleonado que una buena melena, ¿o será la cola con pomponcito?

La parte del león es una expresión derivada de una fábula de Esopo: el rey de los animales invita al oso y al zorro a cazar y -al final de la jornada- le pide al oso que divida las presas entre los tres. El honesto plantígrado divide en partes iguales, motivando la furia leonesca, lo que le cuesta la vida. El zorro, que aprende de la triste suerte del oso, pone todos los animales en una pila, y él se lleva –modestamente- un conejo. La parte del león es, pues, la parte mayor, inequitativa y abusiva que se lleva quien tiene poder.

Mi amigo Ramiro Escobar, periodista de La República, escribe hace unas semanas que las protestas que sacuden al mundo llamado “desarrollado” u “occidental” son el resultado de una “sensación de que, en cada país o en toda la sociedad humana, hay quienes se están llevando la parte del león y dejando piltrafas para el grueso de la población”.

Por esa razón cuando el banco o la tarjeta de crédito se ponen usureros con Ud., el congresista Javier Diez Canseco denuncia que  éstos “pagan intereses miserables a los ahorristas y cobran intereses leoninos”. Entiendo la comparación, pero me parece rara, porque hace pensar en los prestamistas como el majestuoso león de la Metro Goldwyn Mayer. Digo yo: dado el repudio universal contra los bancos ¿no sería mejor buscar otra comparación, y hablar de intereses porcinos, o bien, chacalescos?

La metáfora de la parte del león, por supuesto, se apoya en una previa, que presenta los recursos de una sociedad como un banquete. Así, por ejemplo, un economista de derecha usualmente le dirá a Ud. que no se trata de redistribuir la torta, sino de hacerla crecer, para que la tajada de cada uno sea más grande. Otra metáfora parecida es la de la economía como una fuente de riqueza en la que -de la mesa de los leones- “chorrea” o “gotea” alguito hacia nosotros, los zorros (¿de abajo?) de este mundo.

Algo que llama la atención es que –aunque la parte del león indicaba originalmente un beneficio desproporcionado- la metáfora se empieza a utilizar para indicar una carga injusta y excesiva que alguien tiene que llevar ante la defección de otros. Así, por ejemplo, la revista alemana “Stern” comenta la crisis económica europea y se queja de que, a la hora de aportar fondos para rescatar a Grecia, “Alemania se lleva la parte del león”. Y según la Agencia France Presse, durante la guerra de Libia, Estados Unidos asumió “la parte del león” porque tuvo que cargar con el costo y la ejecución de la gran mayoría de misiones aéreas.

¿Será que el lenguaje nos está diciendo que los leones se llevan más porque cazan más? Al fin y al cabo, Alemania aporta más para rescatar a las economías mediterráneas, pero una vez que las cosas se estabilicen, pedirá su tajada de queso feta, pasta y jamón pata negra, ¿o no? Y nuestros siempre prácticos vecinos del norte deben llevar números precisos de cuánto les costó establecer la supremacía aérea para luego pasar una aleonada cuenta, digo yo.

Como fuese, adelante, caballero, mire vea; sin compromiso, nomás: la parte del león, sólo para sus ojos: no tiene que compartir con nadie.

Fuentes:

La República, diciembre 2010 y octubre 2011. Stern, julio 2011. Agence France Presse , marzo 2011

Publicado en revista SoHo Perú. Marzo de 2012

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Escrito por

Eduardo Gonzalez

Descendiente del gitano Melquíades. Vendo imanes. Opino por mi y a veces por mi gato.


Publicado en

El museo de los objetos fantasticos

Un blog de Eduardo González